martes, 19 de abril de 2011

MUERE GRETE WAITZ

La fondista noruega Grete Waitz, ganadora nueve veces del maratón de Nueva York y medallista olímpica y mundial, falleció esta madrugada a los 57 años en el hospital universitario Ullevaal de Oslo.
Un portavoz de la organización Activos contra el cáncer confirmó su muerte, en nombre de la familia, seis años después de que le fue diagnosticada esta enfermedad.
Nacida Grete Andersen, aunque luego tomó el apellido Waitz de su marido Jack, empezó en el mediofondo en la década de los 70 y logró dos medallas en Campeonatos de Europa en 1.500 y 3.000 metros.
A finales de esa década decidió pasarse a distancias más largas, logrando nueve victorias en el maratón de Nueva York entre 1978 y 1988, lo que la convirtió en una leyenda en Estados Unidos.
Ganadora de 33 campeonatos nacionales en diversas disciplinas, Waitz venció también dos veces en el maratón de Londres (1983 y 1986) y fue campeona mundial de esta prueba en Helsinki'83, cinco veces campeona mundial de cross y subcampeona olímpica de maratón en Los Ángeles'84.
Fuente: Marca.com

miércoles, 13 de abril de 2011

CITA 20

¿Qué es el robo de un banco en comparación con fundar uno? (Bertolt Brecht)

CORRER

En De qué hablo cuando hablo de correr, el escritor japonés Haruki Marukami explica que realizar repetidamente cualquier acto, por trivial que sea (y pone como ejemplo afeitarse), encierra una filosofía. Murakami empezó a correr casi a diario en 1982, cuando tenía 33 años. En esa época fumaba 60 pitillos al día y pesaba algunos kilos de más. Por si fuera poco, no sentía atracción alguna por el deporte, del que había quedado harto en el colegio, y mucho menos por ideas del tipo: “Venga, salgamos todos a correr y llevemos una vida saludable”.
El caso es que Murakami se apuntó a una carrera de cinco kilómetros y quedó tan prendado del sonido de sus zapatillas sobre el asfalto como lo estaba de Red Hot Chili Peppers. Pero, incluso para él, que ha conseguido domar el lenguaje y escribir novelas tan brillantes y raras como El pájaro que da cuerda al mundo y Kafka en la orilla, sigue siendo un misterio desvelar qué lleva a una persona a sentir la necesidad imperiosa de salir a correr casi a diario. Y esto tanto puede aplicarse a los que corren vigorosamente golpeando con fuerza el suelo y cortando el viento al avanzar, como a los que lo hacen con los hombros caídos, los ojos entornados y resoplando ruidosamente. La cuestión es que los expertos no acaban de explicarse el constante incremento de personas que participan en maratones y en otras carreras populares. Algunos sostienen que se está volviendo a poner de moda un ideal que predicaban los estoicos: conseguir la paz interior por encima de los acontecimientos externos. Murakami prefiere no ir tan lejos e insinúa que la clave del éxito del running radica en conectar con uno mismo y en sentir la satisfacción de entregarse a fondo.
De hecho, Murakami comenzó a correr cuando decidió dedicarse exclusivamente a escribir, por lo que sus novelas tienen mucho que agradecer a sus piernas. Con todo, el mensaje más importante para quienes no estén demasiado interesados en correr maratones y otras gestas parecidas es que el 90% de las habilidades que difunden los libros de autoayuda se puede aprender en pantalones cortos.

“Entrenarse para correr largas distancias o para cualquier otro deporte que exija mucha fortaleza mental proporciona una serie de valores que luego es posible aplicar en la vida cotidiana: disciplina, constancia, superación, crecimiento personal, saber establecer objetivos a corto, medio y largo plazo, aprender a trabajar bajo presión y a sobreponerse a las adversidades”, explica la psicóloga granadina Patricia Ramírez, que asesora a deportistas de élite.

De hecho, en los últimos años algunos psicólogos deportivos han descrito los beneficios específicos del running. Para Rodrigo Cauas, “los motivos que posee una persona para dedicarse a correr maratones, medias maratones o cualquier otra distancia no siempre se relacionan con sentirse saludable o bajar de peso”. En ocasiones, salir a correr tiene que ver con reducir los síntomas de la depresión o el estrés, aumentar la autoestima y meditar los problemas que plantea la vida diaria.
Así pues, tal vez de lo que habla Murakami cuando habla de correr es de que el running es una filosofía de vida cuyo principal mantra se encuentra en los versos de Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

Siraj Bechich, director de la escuela de coaching CoachSi, propone aplicar cinco principios para extrapolar los valores del running a otras parcelas de la vida.
1.- Correr es la mejor escuela para fortalecer la voluntad.
2.- Una carrera de muchos kilómetros siempre comienza con un primer paso. Con independencia de que la meta sea encontrar pareja o buscar trabajo, lo básico es ponerse en movimiento.
3.- Cuando se ha recorrido parte del camino conviene volver la vista atrás para celebrar lo conseguido.
4.- En el transcurso de un maratón (deportivo o de la vida) siempre hay que salvar algún muro. Cuando se topa con él, hay que elegir entre aflojar el ritmo o reponer fuerzas para salvar ese obstáculo. Abandonar nunca es una opción.
5.- Al superar un desafío se abren las puertas del siguiente. La cuestión es seguir evolucionando y recordar que más importante que llegar a la meta es disfrutar del camino.

miércoles, 6 de abril de 2011

Diógenes.

Hoy 6 de abril es San Diógenes, buen motivo para recordar a:
Diógenes de Sínope, también llamado Diógenes el Cínico, fue un filósofo griego perteneciente a la escuela cínica. Nació en Sinope, ca. 412 a. C. y murió en Corinto en 323 a. C.

Diógenes vivió como un vagabundo en las calles de Atenas, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud. Se dice que vivía en una tinaja, en lugar de una casa. Ocasionalmente estuvo en Corinto donde continuó con la idea cínica de autosuficiencia: una vida natural e independiente a los lujos de la sociedad. Según él, la virtud es el soberano bien. La ciencia, los honores y las riquezas son falsos bienes que hay que despreciar.

Las anécdotas que se cuentan sobre Diógenes ilustran la consistencia lógica de su carácter. Este “Sócrates delirante”, como le llamaba Platón, caminaba descalzo durante todas las estaciones del año, dormía en los pórticos de los templos envuelto únicamente en su capa y tenía por vivienda una tinaja. Un día vio como un niño bebía agua con las manos en una fuente: “Este muchacho, dijo, me ha enseñado que todavía tengo cosas superfluas”, y tiró su escudilla. Cierto día se estaba masturbando en el Ágora, quiénes le reprendieron por ello, obtuvieron por única respuesta del filósofo una queja tan amarga como escueta: "¡Ojalá, frotándome el vientre, el hambre se extinguiera de una manera tan dócil!" Profesaba un desprecio tan grande por la humanidad, que en una ocasión apareció en pleno día por las calles de Atenas, con una lámpara en la mano diciendo: “Busco un hombre”. Diógenes iba apartando a los hombres que se cruzaban en su camino diciendo que solo tropezaba con escombros, pretendía encontrar al menos un hombre honesto sobre la faz de la tierra.

Durante los Juegos Ístmicos, expuso su filosofía ante un público numeroso. Pudo haber sido allí donde conoció a Alejandro Magno. Se dice que una mañana, mientras Diógenes se hallaba absorto en sus pensamientos, Alejandro interesado en conocer al famoso filósofo, se le acercó y le preguntó si podía hacer algo por él. Diógenes le respondió: “Sí, tan solo que te apartes porque me tapas el sol”.

Sabemos menos de la doctrina de Diógenes que de su vida. Como otros de los cínicos, se preocupó menos de formar escuela que de llevar una vida recta, de acuerdo con los principios de autonomía y desprecio de los usos de la sociedad.

Podemos, sin embargo, distinguirlo de su maestro Antístenes en varios aspectos. De éste se dice que consideraba la propiedad como un impedimento para la vida; Diógenes, sin embargo, no le daba valor alguno; se dice que enseñaba que el robo era admisible, pues "todas las cosas son propiedad del sabio". Otras doctrinas son comunes a ambos: la idea de que la virtud consiste fundamentalmente en la supresión de las necesidades; la creencia de que la sociedad es el origen de muchas de éstas, que pueden evitarse mediante una vida natural y austera; el aprecio por las privaciones, al punto del dolor, como medio de rectificación moral; el desprecio de las convenciones de la vida social, y la desconfianza de las filosofías refinadas, afirmando que un rústico puede conocer todo lo cognoscible.

Se sabe también que sostenía que la muerte no era un mal, pues no tenemos conciencia de ella. Se le considera inventor de la idea del cosmopolitismo, porque afirmaba que era ciudadano del mundo y no de una ciudad en particular.

viernes, 1 de abril de 2011

CITA 19

Los amigos se consideran sinceros; los enemigos lo son: por ello se deben aprovechar sus censuras para conocernos a nosotros mismos. (Arthur Schopenhauer).

CITA 18

Recuerda que eres tan bueno como lo mejor que hayas hecho en tu vida. (Billy Wilder).