jueves, 23 de septiembre de 2010

UNA DELICIA

Os dejo aquí una joya, para demostrar que nuestro admirado Labordeta no era solo un cantante protesta.  Los versos son de Angel Guinda y la cantante Mª José Hernandez.
http://www.youtube.com/watch?v=TPrw3To6OGw
Viniste como supe que vendrías,
sola, callada, sin llegar del todo,
quedándote al marcharte agua del mar,
y a la orilla las olas acercan,
dejando su sabor, en la arena.

Viniste como supe que vendrías,
y me dejaste mudo, si bien lleno,
todo el silencio ya de tu mensaje,
y me dejaste ciego, pero abiertos los ojos
a lo no visto la luz…

Y me tocaste como el aire,
suavemente aunque envolviéndome todo,
y me tocaste como el aire…
Suavemente…
Y cada poro, abierto a ti, al mundo se cerraba,
Al mundo se cerraba…

Y allá está, donde siempre te buscaba,
siempre a tu encuentro decidí perderme,
decías escuchando así la brisa marina,
que a su paso suena huyendo el rumor,
de los cuerpos en la playa…

Viniste como quise que vinieras,
marchándote, dejándome a solas,
con tu fondo de belleza no conquistada,
salvajemente natural, sencilla,
Amor, a más...

Y me tocaste como el aire,
suavemente aunque envolviéndome todo,
y me tocaste como el aire,
suavemente…
Viniste cuando supe que vendrías,
como la vida, no como la muerte.

Viniste por el único camino,
que llevaba a alguna parte de mí,
de ti y del mundo nuestro,
Por eso, te adamaba...
por eso, te adamaba...
por eso te adamaba...


martes, 21 de septiembre de 2010

A LABORDETA

Desde el domingo, fecha del doloroso fallecimiento de José Antonio Labordeta he estado reflexionando sobre algunos temas.
Realmente los aragoneses cumplimos todos los tópicos que tenemos y que a veces merecemos; francos, socarrones, distantes, desconfiados, duros de roquedal pero ante todo nobles. Se echa en falta la rasmia para defender lo nuestro, esa que les sobra a nuestros vecinos los catalanes.
Con seguridad aun quedan en nuestra sociedad resquicios de las lacras que denunció Costa; el caciquismo, el expolio, las desigualdades, la falta de reparto de la riqueza, la oligarquía, la incultura.
Sin duda necesitamos un trampolín para lanzarnos unidos y expresar nuestros sentimientos, sino, no hay quien nos mueva. Esta vez ha sido la muerte del genio Labordeta pero anteriormente fueron los Sitios de Zaragoza, la Guerra Civil, la tragedia de Biescas, el NO a la guerra o el tema recurrente de la defensa del agua. Cuando algo de esto ocurre, los políticos tiemblan por que la gente piensa por si misma y actúa. Es por eso por lo que corren a ponerse al frente de estas expresiones populares espontáneas.
Entre tanta mediocridad intelectual que nos rodea hoy en día, es admirable como alguien pueda provocar tantos sentimientos positivos en un territorio como ha producido la muerte del "Abuelo". Da igual la cifra, han sido miles los que han ido a decirle adiós, pero sin duda son muchos mas los que llevan sus mensajes muy dentro.
Dedicado con cariño de un aragonés a un ARAGONÉS.

domingo, 19 de septiembre de 2010

HASTA LUEGO, JOSE ANTONIO

No voy a añadir nada mas por que está todo en sus canciones y en su vida.
Gracias por todo.

Somos
como esos viejos árboles
batidos por el viento
que azotan desde el mar.
Hemos
perdido compañeros,
paisajes y esperanzas
en nuestro caminar.
Vamos
hundiendo en las palabras
las huellas de los labios
para poder besar
Tiempos,
futuros y anhelados,
de manos contra manos
izando la igualdad.

Somos
como la humilde adoba
que cubre contra el tiempo
la sombra del hogar.
Hemos
perdido nuestra historia,
canciones y caminos
en duro batallar.
Vamos
a echar nuevas raíces
por campos y veredas
para poder andar
Tiempos
que traigan en su entraña
esa gran utopía
que es la fraternidad.

Somos
igual que nuestra tierra
suaves como la arcilla
duros del roquedal.
Hemos
atravesado el tiempo
dejando en los secanos
nuestra lucha total.
Vamos
a hacer con el futuro
un canto a la esperanza
y poder encontrar
Tiempos
cubiertos con las manos
los rostros y los labios
que sueñan libertad.

Somos
como esos viejos árboles.

jueves, 16 de septiembre de 2010

EL TORO DE LA VEGA


Se volvió a celebrar en Tordesillas el ritual o torneo conocido como el "Toro de la Vega". Una vez más se volvieron a desatar los instintos más primarios de exaltación de la sangre, el ensañamiento y la violencia gratuita.
La tradición consiste en que un grupo de lanceros persiguen, acorralan y matan con lazas a un toro a lo largo y ancho del campo. No dudo que en sus orígenes fuera algo parecido a un torneo igualado entre unos cuantos lanceros contra el toro, sin embargo ahora es una multitud de cientos de "guerreros" contra los que nada puede hacer el bóvido. Es curioso como se acercan a rematarlo cuando el animal está agonizando pero como salen corriendo despavoridos cuando parece que aun le queda un último aliento.
El ganador, o sea el que da el último lanzazo certero, es agasajado como un triunfador, un héroe. Son sus quince minutos de gloria que con el paso del tiempo no podrán compensar sus miserias, sus frustraciones ni sus carencias.
Además, en este torneo hay muchos vencedores; para casi todos los vecinos de Tordesillas, los turistas ávidos de sangre, los comercios y la hostelería de la zona es una fecha señalada en el calendario.  Sin embargo es un día triste para aquellos que tienen algo se sensibilidad contra el sufrimiento animal. Cada año es mayor el clamor de protestas contra esta tradición que pocos defienden salvo los tordesillanos. Incluso asociaciones de defensa de la fiesta de los toros se desvinculan del Toro de la Vega.
En las imágenes se ve que es una muerte lenta, estresante, cruel y sin sentido.
Nadie puede grabar ni tomar imágenes sin el riesgo de ser atacado. Un año, el reportero y maratoniano de T5 Marco Rocha era zarandeado ante las preguntas incómodas que les hacía a los vecinos.

martes, 7 de septiembre de 2010

MERECIDO RECONOCIMIENTO A LABORDETA

El político y cantautor aragonés José Antonio Labordeta ha recibido "emocionado y con mucha ilusión" la Medalla de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, otorgada por el Gobierno de España y que este lunes le ha entregado en su domicilio de Zaragoza el Ministro de Educación, Ángel Gabilondo.
   A este acto también ha asistido la Ministra de Defensa, Carme Chacón, quien con motivo de la inauguración del curso académico en la Academia General de Militar de Zaragoza ha querido visitar a Labordeta, con quien compartió escaño en el Congreso de los Diputados en la legislatura 2004-2008, cuando fue diputado por Chunta Aragonesista.
   Además, han estado presentes el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias; la secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, y la consejera de Educación, Cultura y Deporte de la Comunidad aragonesa, María Victoria Broto.
   En declaraciones a Europa Press, la hija del cantautor y político, Ángela Labordeta, ha calificado de "familiar, cercano y muy bonito" el acto de entrega de la Medalla de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.
   "Mi padre se ha emocionado e incluso le ha temblado la voz" cuando ha pronunciado un breve discurso de agradecimiento, ha relatado Ángela Labordeta, para precisar que "casi no tenía voz" y detallar que la ministra Chacón ha estado sentada al lado de su padre.
   La condecoración se la ha entregado el Ministro de Educación, quien se ha mostrado "muy cercano y amable" y en su intervención ha recordado la proyección y popularidad del cantautor y político aragonés.
   Gabilondo ha reconocido de Labordeta que "nos agrada su sabiduría" y que la sabiduría "no es sólo un conjunto de conocimientos, sino una forma de entender la vida, la relación con los demás, el afecto y la pasión por las convicciones", ha informado el Ejecutivo aragonés en un comunicado.
   La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha subrayado que "si a veces las distinciones dan prestigio al hombre, hay veces que el hombre da prestigio a las distinciones" y "hoy hemos vivido uno de esos momentos; le queremos y le echamos de menos".
   El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, ha afirmado que José Antonio Labordeta ha sido y es "un punto de referencia del canto por la libertad en Aragón y en toda España".

Texto y foto: Europapress

jueves, 2 de septiembre de 2010

ASCENSION AL MONCAYO POR LA RUTA SORIANA

El Moncayo es la cumbre más popular de la provincia de Zaragoza. Numerosos aficionados de todas las edades suben durante todo el año a la redondeada montaña de 2.316 metros de altitud. La montaña trapezoidal del Sistema Ibérico es ideal para que los niños conozcan este bonito deporte y para que las personas mayores hagan un ejercicio moderado y saludable.
Muchos aragoneses la han subido tantas veces por la vertiente del Santuario de Nuestra Señora del Moncayo que han perdido la cuenta. Pero muy pocos la conocen por la reseca vertiente soriana. El contraste del Moncayo zaragozano y el Moncayo soriano es evidente. Por Aragón, la montaña está tapizada de amplios pinares desde su faldas en Vera de Moncayo, de humedad, de riachuelos y praderas hasta 500 metros de la cima que también se denomina de San Miguel.
Por Soria es otro mundo. El paisaje lo dominan los amplios páramos a más de 1.200 metros. Las tierras de la vertiente suroeste son secas, austeras, con escasos bosques y con las llanuras que se pierden en el horizonte hasta la Sierra Cabollera y los Picos de Urbión con los molinos de viento en primer término para estropear el áspero paisaje.


El ascenso por Zaragoza es muy agradable y se puede complementar con la visita de la monumental Tarazona, el Monasterio de Veruela o pueblos como Trasmoz, Santa Cruz o Vera de Moncayo. Pero el buen amante del senderismo no debe perder la oportunidad de conocer la cara soriana.
Para comenzar la andada hay que dirigirse por Ágreda y Olvega hasta la pequeña aldea de las Cuevas de Ágreda. Se alza a nada menos que 1.312 metros, a más altitud que la mayoría de los pueblos del Pirineo aragonés. Las Cuevas de Ágreda es tan pequeñito que no tiene ni un bar, aunque en la época estival cuenta con cierta vida. Su nombre proviene de una cueva situada en lo alto del pueblo relacionada con leyendas sobre Hércules.
En estas fechas es adecuado realizar la ascensión lo más temprano posible para evitar los agobiantes calores. La ascensión es larga, sostenida, sin descanso y con una pendiente creciente hasta que se lleva al lomo final del Moncayo. Si se quiere llegar a la cima del Moncayo al mediodía, la hora más indicada para partir son las nueve de la mañana. Es decir, un camino de poco más de dos horas y media de evidente sendero para superar los mil metros de desnivel.
Desde la salida del pueblo, un poste señala el G.R.-86 con marcas rojas y blancas. Muy pronto, cogemos una pista y el río Transmoncayo, que nos acompañará en nuestro caminar en dos tercios de la ascensión. Por esto no es necesario que el excursionista se provea de agua.
En la primera media hora se camina por un agradable bosque, pero va desapareciendo conforme subimos. Ya no dejamos de ver al fondo la silueta redondeada del Moncayo. Abandonamos la pista y, por un terreno de monte bajo, el barranco se estrecha y el camino se hace más empinado al tomar la dirección este. El sol cae a plomo sobre el caminante y el cansancio del ascenso se mitiga cuando llegamos al nacimiento del río.
Nos queda menos de media hora para llegar a la plataforma de las cimas del Moncayo. La senda se pierde entre pedreras, mientras escasos senderistas descienden tras haber subido el techo de Zaragoza. En poco más de dos horas alcanzamos el magnífico balcón del Collado del Alto de las Piedra, a 2.252 metros de altitud.
El panorama cambia. De la soledad soriana, los excursionistas coinciden con sus colegas que suben por la vertiente aragonesa. Es el habitual overbooking donde se encuentra de todo. Desde familias enteras, a fotógrafos ocasionales, montañeros empedernidos, jóvenes gozosos hablando por el móvil contando la gesta del ascenso al gigante aragonés. Y como mudo testigo la Virgen del Pilar, que preside la cima y que ya está acostumbrada a todo tipo de escenas pintorescas.

Texto y foto: Ricardo Martí.