Sitio para compartir opiniones de libros, películas, rutas, rutinas, reflexiones...
domingo, 25 de septiembre de 2011
VELAS SOBRE EL TIGRIS (ANGEL PETISME)
VELAS SOBRE EL TIGRIS
El día de Zacarías en Bagdad
encendemos velas y las colocamos
flotando sobre el Tigris,
pensamos un deseo.
No tenemos nada
salvo la guerra sobre nuestros hombros,
es cierto Ahmed,
como abejas sin néctar.
Pero volverán días buenos,
te casarás, tocarás la belleza,
y acunarás otra vida en tus brazos
con las promesas de la felicidad.
Los puentes del río, las nubes
del Caspio que venían
untando el mar y recogían velas.
Había peces y amor en su profundidad,
era tan hermoso,
las mujeres arrojaban pescado a las gaviotas.
Y ahora este sudario de humo,
el insomnio de los escorpiones.
Ahmed, el mundo que da miedo acabará.
Los tanques, los disparos,
las hélices siempre allá arriba.
Sé lo que piensas:
Si no luchas por tus sueños
es que no los mereces.
Vendrán días mejores,
pase lo que pase, no pierdas tu inocencia, le digo.
¿Quién sabe si un día volverá a sonreír?
ANGEL PETISME.
lunes, 4 de julio de 2011
martes, 21 de junio de 2011
CITA 25
Hay hombres que luchan un día y son buenos, otros luchan un año y son
mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los
que luchan toda la vida, y esos son los imprescindibles. (Bertolt Brecht)
miércoles, 15 de junio de 2011
CITA 24
Ya he desistido de mi idea de cambiar el mundo, ahora a lo máximo que aspiro es que el mundo no me cambie a mi.
CITA 21
Somos utopistas, tanto que llegamos a creer que la revolución debe y
puede garantizar a todos: alojamiento, vestido y pan. (Piotr Kropotkin)
jueves, 2 de junio de 2011
BELCHITE
A través de un paisaje recio del
profundo Aragón, por la carretera que va de Teruel a Zaragoza, por
Utrillas y Hoz de la Vieja, llegué al antiguo pueblo de Belchite, que
conserva intactas todavía las ruinas de la Guerra Civil. Los espectros
de las iglesias bombardeadas y las calles cegadas por los escombros han
quedado como testimonio de aquel encarnizado horror. En este viaje tuve
que hablar de literatura a alumnos de secundaria entre la algarabía de
unas aulas de instituto llenas de adolescentes cuyas hormonas se
hallaban disueltas en el aire de una primavera explosiva. Probablemente
todos ignoraban la tragedia que sufrieron sus antepasados sobre aquella
tierra adusta. Yo mismo, en lugar de hablarles de héroes de ficción,
pude haberles contado una historia real. Belchite fue tomado por los dos
bandos de la Guerra Civil, ganado y perdido tabique a tabique con la
bayoneta desnuda. Poco antes de iniciarse la última batalla, unos padres
mandaron a su hija, una niña llamada Ángeles, que fuera a decirles a
sus tíos que estaban entrando en el pueblo los nacionales, pero cuando
llegó a casa de sus tíos, los nacionales ya los habían fusilado, a ellos
y a otros parientes. La niña volvió a su casa y se encontró con que sus
padres también habían sido asesinados. Viéndose sola con toda su
familia exterminada comenzó a correr bajo el fuego, dejó el pueblo
atrás, atravesó la llanura, se perdió por los montes y no cesó de
caminar junto a los bruñidos raíles del tren hasta llegar a Barcelona.
Años después esta adolescente se casó con un anarquista catalán
represaliado, que se llamaba Josep Serrat; la pareja vivió en el Poble
Sec entre gente vencida y allí les nació un niño, que con el tiempo
sería un insigne artista muy famoso. Joan Manuel Serrat acaba de crear
unas canciones sobre versos de Miguel Hernández, otro ser inocente,
muerto en una cárcel franquista, aplastado por el fanatismo de un tiempo
atroz. Pude haberles contado a aquellos alumnos de literatura que sobre
las ruinas descarnadas del viejo Belchite la primavera estaba
depositando algunas flores sencillas, del mismo modo que han germinado
en la voz de Serrat muchas palabras de amor desde el terror de aquella
niña que huyó de la sangre y llegó al mar a través de una tierra muy
dura.
(Manuel Vicent, en El País del Domingo 21 de Marzo de 2010)
(Manuel Vicent, en El País del Domingo 21 de Marzo de 2010)
Etiquetas:
RUTAS DE LA MEMORIA
miércoles, 18 de mayo de 2011
ZARAGOZA, CIUDAD SITIADA
Hemos podido ver en varias ocasiones en Aragón TV el documental
“Zaragoza Ciudad Sitiada”.
El documental se divide en dos partes, una para cada Sitio. El primer Sitio fue una resistencia mas espontánea y popular y quizá mas heroica, sin embargo, el segundo fue mas militar y mucho mas dramático. A este segundo Sitio vino lo mas granado del ejercito imperial napoleónico y el propio Napoleón supervisó las operaciones y puso al frente a su hombre de confianza, el mariscal Lannes.
El coronel Palafox dirigió la resistencia, la estrategia era resistir o morir. Para unos un héroe, para otros un loco, a la propuesta de: "Paz y capitulación", Palafox respondió: "Guerra y cuchillo". Nunca se había encontrado el mejor ejercito del mundo una resistencia así. Había una ley no escrita que cuando un ejercito rompía el cerco, la ciudad capitulaba. No fue así en Zaragoza. Cada calle, cada casa, cada cuarto tenía que ser tomado ante un pueblo que estaba defendiendo sus propias posesiones.
Tras meses de asedio, tifus, hambre, muerte; los franceses consiguieron tomar Zaragoza. El mariscal Lannes mostró su admiración: "El no encontrar un ejercito al que derrotar sino un pueblo luchando hasta la extenuación merece todo mi respeto". A pesar de ello muchos zaragozanos se negaron a reconocer a José I, hermano de napoleón por lo que fueron echos presos y enviados a cárceles francesas, la mayoría morirían en el viaje.
Mi conclusión sobre el reportaje refuerza la teoría de que los aragoneses somos muy "paradicos" pero cuando nos tocan mucho las "narices", somos capaces de cualquier cosa. Es evidente que las ideas de la revolución que traían los franceses eran mejores que el absolutismo que había en España pero por la fuerza no podían imponerlas.El documental está coproducido por la televisión autonómica y la Fundación Zaragoza 2008 en el marco de los actos conmemorativos del Bicentenario de los Sitios. La pieza ha tenido numerosas localizaciones aragonesas: Belchite, Alquézar, Alagón, Sobradiel o la propia Zaragoza capital.
Madrid, Aranjuez, Toledo, Bayona y París también han sido escenarios de ‘Zaragoza, ciudad sitiada’, que va relatando los dos asedios de las tropas napoleónicas -entre junio de 1808 y febrero de 1809- y pone rostro humano a la tragedia.
El documental se divide en dos partes, una para cada Sitio. El primer Sitio fue una resistencia mas espontánea y popular y quizá mas heroica, sin embargo, el segundo fue mas militar y mucho mas dramático. A este segundo Sitio vino lo mas granado del ejercito imperial napoleónico y el propio Napoleón supervisó las operaciones y puso al frente a su hombre de confianza, el mariscal Lannes.
El coronel Palafox dirigió la resistencia, la estrategia era resistir o morir. Para unos un héroe, para otros un loco, a la propuesta de: "Paz y capitulación", Palafox respondió: "Guerra y cuchillo". Nunca se había encontrado el mejor ejercito del mundo una resistencia así. Había una ley no escrita que cuando un ejercito rompía el cerco, la ciudad capitulaba. No fue así en Zaragoza. Cada calle, cada casa, cada cuarto tenía que ser tomado ante un pueblo que estaba defendiendo sus propias posesiones.
Tras meses de asedio, tifus, hambre, muerte; los franceses consiguieron tomar Zaragoza. El mariscal Lannes mostró su admiración: "El no encontrar un ejercito al que derrotar sino un pueblo luchando hasta la extenuación merece todo mi respeto". A pesar de ello muchos zaragozanos se negaron a reconocer a José I, hermano de napoleón por lo que fueron echos presos y enviados a cárceles francesas, la mayoría morirían en el viaje.
Mi conclusión sobre el reportaje refuerza la teoría de que los aragoneses somos muy "paradicos" pero cuando nos tocan mucho las "narices", somos capaces de cualquier cosa. Es evidente que las ideas de la revolución que traían los franceses eran mejores que el absolutismo que había en España pero por la fuerza no podían imponerlas.El documental está coproducido por la televisión autonómica y la Fundación Zaragoza 2008 en el marco de los actos conmemorativos del Bicentenario de los Sitios. La pieza ha tenido numerosas localizaciones aragonesas: Belchite, Alquézar, Alagón, Sobradiel o la propia Zaragoza capital.
Madrid, Aranjuez, Toledo, Bayona y París también han sido escenarios de ‘Zaragoza, ciudad sitiada’, que va relatando los dos asedios de las tropas napoleónicas -entre junio de 1808 y febrero de 1809- y pone rostro humano a la tragedia.
lunes, 9 de mayo de 2011
TOKIO BLUES
Magnífica película, al igual que el libro en el que está basada y es fiel. Murakami es un escritor especial, diferente a todos, un maestro en trazar una línea sutil entre realidad y fantasía por lo que yo era esceptico a como se podía llevar esto a la gran pantalla.
El resultado es excelente. Película dura, incluso a veces deprimente pero que vale y mucho la pena.
Personajes llevados al límite en su existencia y unas relaciones entre ellos nada convencionales.
Si hubiera que ponerle un pero, quiza en algunos momentos la trama puede acusar un excesivo lirismo y los diálogos y silencios un poco forzados. Recomiendo verla y por supuesto leer el libro.
El resultado es excelente. Película dura, incluso a veces deprimente pero que vale y mucho la pena.
Personajes llevados al límite en su existencia y unas relaciones entre ellos nada convencionales.
Si hubiera que ponerle un pero, quiza en algunos momentos la trama puede acusar un excesivo lirismo y los diálogos y silencios un poco forzados. Recomiendo verla y por supuesto leer el libro.
miércoles, 4 de mayo de 2011
YUKI KAWAUCHI
Cuando
el funcionario Yuki Kawauchi llegó el lunes 28 de febrero al instituto
de Kasukabe (50 kilómetros al norte de Tokio) donde trabaja como
administrativo, sus compañeros le recibieron con aplausos. Y los alumnos estaban muy contentos. Y había un grupo de periodistas esperándolo. Y él estaba muy cansado: «Había dormido muy poco», dice.
El día anterior había terminado en tercera posición el maratón de Tokio. Fue el primer japonés en cruzar la meta (2h08.37), con lo que ganaba un BMW.
No es fácil dar con él: Kawauchi, corredor aficionado de 23 años, vive fuera de las estructuras de los equipos y al margen de la federación. Se prepara sin entrenador dos horas por las mañanas y por la tarde trabaja otras ocho para el gobierno de la Prefectura de Saitama.
La federación no contaba con tener que enviar a alguien así al mundial. Tras los Juegos de Pekín creó un programa específico para maratonianos, que empezó a tambalearse ese domingo: «Kawauchi encuentra tiempo para entrenarse y se lo paga de su bolsillo —decía Yasushi Sakaguchi, responsable del programa—. En el equipo oficial hay muchos corredores perezosos. Deberían ser más humildes y hacer como él». El 4 de marzo, cuando Kawauchi era ya modelo de esfuerzo y éxito en Japón, se canceló el programa de maratonianos.
«Yo había podido correr relajado hasta el kilómetro 34 —cuenta Kawauchi a ABC—, y aunque iba sufriendo, me quedaba algo de energía y fuerza espiritual».
En el avituallamiento del kilómetro 40 recogió la última botella de la bebida que le prepara el responsable de la cafetería del instituto, una mezcla de zumo de naranja, miel y zumo de limón.
Bebió, se echó un chorro sobre el cuello, tiró la botella y siguió. De allí al final, fue el más rápido de los participantes, 6 minutos 52 segundos. Casi todo ese trecho de 2.195 metros con los ojos cerrados. Corría sobre el filo de su propio límite, donde el dolor se transforma en algo extraño: «Justo antes de alcanzar esa situación extrema, corría en estado de euforia, lo que se llama el subidón del corredor». Así cruzó la cinta, se trompicó otros 16 pasos y se desplomó: «No podía seguir de pie. Por la deshidratación no sentía las manos ni las piernas, y me costaba respirar», dice.
Por eso le esperaban los periodistas. También por eso, dos días después aparecieron allí el presidente de la federación de atletismo, Keisuke Sawaki, y un grupo de directivos. Habían estado llamándole desde el domingo, pero él, abrumado, había programado el teléfono para recibir solo llamadas de números que estuvieran en su agenda. Por eso fueron en persona. Querían asegurarse de que llegara en buenas condiciones al mundial. Le ofrecieron un representante que le gestionara la atención de los periodistas. Los funcionarios están sometidos a restricciones en su contacto con los medios. Todavía ahora las entrevistas debe autorizarlas la dirección del instituto.
También le ofrecieron un entrenador, hueco que en las carreras ocupa su hermano Koki, de 18 años, que se acredita como tal para ayudarle a llevar sus cosas y la bebida de la cafetería del instituto. Pero Kawauchi prefiere seguir solo: "Entrenarme por mi cuenta me da libertad, aunque tenga que asumir toda la responsabilidad".
Los visitantes de la federación también querían que el instituto le pusiera más fácil prepararse liberándole de algo de trabajo. Pero tampoco quiere cambiar eso. Se está reservando varios días de vacaciones para correr el mundial el 4 de septiembre.
Fuente: ABC.es
El día anterior había terminado en tercera posición el maratón de Tokio. Fue el primer japonés en cruzar la meta (2h08.37), con lo que ganaba un BMW.
No es fácil dar con él: Kawauchi, corredor aficionado de 23 años, vive fuera de las estructuras de los equipos y al margen de la federación. Se prepara sin entrenador dos horas por las mañanas y por la tarde trabaja otras ocho para el gobierno de la Prefectura de Saitama.
La federación no contaba con tener que enviar a alguien así al mundial. Tras los Juegos de Pekín creó un programa específico para maratonianos, que empezó a tambalearse ese domingo: «Kawauchi encuentra tiempo para entrenarse y se lo paga de su bolsillo —decía Yasushi Sakaguchi, responsable del programa—. En el equipo oficial hay muchos corredores perezosos. Deberían ser más humildes y hacer como él». El 4 de marzo, cuando Kawauchi era ya modelo de esfuerzo y éxito en Japón, se canceló el programa de maratonianos.
«Yo había podido correr relajado hasta el kilómetro 34 —cuenta Kawauchi a ABC—, y aunque iba sufriendo, me quedaba algo de energía y fuerza espiritual».
En el avituallamiento del kilómetro 40 recogió la última botella de la bebida que le prepara el responsable de la cafetería del instituto, una mezcla de zumo de naranja, miel y zumo de limón.
Bebió, se echó un chorro sobre el cuello, tiró la botella y siguió. De allí al final, fue el más rápido de los participantes, 6 minutos 52 segundos. Casi todo ese trecho de 2.195 metros con los ojos cerrados. Corría sobre el filo de su propio límite, donde el dolor se transforma en algo extraño: «Justo antes de alcanzar esa situación extrema, corría en estado de euforia, lo que se llama el subidón del corredor». Así cruzó la cinta, se trompicó otros 16 pasos y se desplomó: «No podía seguir de pie. Por la deshidratación no sentía las manos ni las piernas, y me costaba respirar», dice.
Por eso le esperaban los periodistas. También por eso, dos días después aparecieron allí el presidente de la federación de atletismo, Keisuke Sawaki, y un grupo de directivos. Habían estado llamándole desde el domingo, pero él, abrumado, había programado el teléfono para recibir solo llamadas de números que estuvieran en su agenda. Por eso fueron en persona. Querían asegurarse de que llegara en buenas condiciones al mundial. Le ofrecieron un representante que le gestionara la atención de los periodistas. Los funcionarios están sometidos a restricciones en su contacto con los medios. Todavía ahora las entrevistas debe autorizarlas la dirección del instituto.
También le ofrecieron un entrenador, hueco que en las carreras ocupa su hermano Koki, de 18 años, que se acredita como tal para ayudarle a llevar sus cosas y la bebida de la cafetería del instituto. Pero Kawauchi prefiere seguir solo: "Entrenarme por mi cuenta me da libertad, aunque tenga que asumir toda la responsabilidad".
Los visitantes de la federación también querían que el instituto le pusiera más fácil prepararse liberándole de algo de trabajo. Pero tampoco quiere cambiar eso. Se está reservando varios días de vacaciones para correr el mundial el 4 de septiembre.
Fuente: ABC.es
Etiquetas:
VIDAS EXTRAORDINARIAS
martes, 19 de abril de 2011
MUERE GRETE WAITZ
La fondista noruega Grete Waitz, ganadora nueve veces del maratón de
Nueva York y medallista olímpica y mundial, falleció esta madrugada a
los 57 años en el hospital universitario Ullevaal de Oslo.
Un portavoz de la organización Activos contra el cáncer confirmó su muerte, en nombre de la familia, seis años después de que le fue diagnosticada esta enfermedad.
Nacida Grete Andersen, aunque luego tomó el apellido Waitz de su marido Jack, empezó en el mediofondo en la década de los 70 y logró dos medallas en Campeonatos de Europa en 1.500 y 3.000 metros.
A finales de esa década decidió pasarse a distancias más largas, logrando nueve victorias en el maratón de Nueva York entre 1978 y 1988, lo que la convirtió en una leyenda en Estados Unidos.
Ganadora de 33 campeonatos nacionales en diversas disciplinas, Waitz venció también dos veces en el maratón de Londres (1983 y 1986) y fue campeona mundial de esta prueba en Helsinki'83, cinco veces campeona mundial de cross y subcampeona olímpica de maratón en Los Ángeles'84.
Fuente: Marca.com
Un portavoz de la organización Activos contra el cáncer confirmó su muerte, en nombre de la familia, seis años después de que le fue diagnosticada esta enfermedad.
Nacida Grete Andersen, aunque luego tomó el apellido Waitz de su marido Jack, empezó en el mediofondo en la década de los 70 y logró dos medallas en Campeonatos de Europa en 1.500 y 3.000 metros.
A finales de esa década decidió pasarse a distancias más largas, logrando nueve victorias en el maratón de Nueva York entre 1978 y 1988, lo que la convirtió en una leyenda en Estados Unidos.
Ganadora de 33 campeonatos nacionales en diversas disciplinas, Waitz venció también dos veces en el maratón de Londres (1983 y 1986) y fue campeona mundial de esta prueba en Helsinki'83, cinco veces campeona mundial de cross y subcampeona olímpica de maratón en Los Ángeles'84.
Fuente: Marca.com
Etiquetas:
VIDAS EXTRAORDINARIAS
miércoles, 13 de abril de 2011
CORRER
En De qué hablo cuando hablo de correr, el escritor japonés Haruki
Marukami explica que realizar repetidamente cualquier acto, por trivial
que sea (y pone como ejemplo afeitarse), encierra una filosofía.
Murakami empezó a correr casi a diario en 1982, cuando tenía
33 años. En esa época fumaba 60 pitillos al día y pesaba algunos kilos
de más. Por si fuera poco, no sentía atracción alguna por el deporte,
del que había quedado harto en el colegio, y mucho menos por ideas del
tipo: “Venga, salgamos todos a correr y llevemos una vida saludable”.
El caso es que Murakami se apuntó a una carrera de cinco kilómetros y quedó tan prendado del sonido de sus zapatillas sobre el asfalto como lo estaba de Red Hot Chili Peppers. Pero, incluso para él, que ha conseguido domar el lenguaje y escribir novelas tan brillantes y raras como El pájaro que da cuerda al mundo y Kafka en la orilla, sigue siendo un misterio desvelar qué lleva a una persona a sentir la necesidad imperiosa de salir a correr casi a diario. Y esto tanto puede aplicarse a los que corren vigorosamente golpeando con fuerza el suelo y cortando el viento al avanzar, como a los que lo hacen con los hombros caídos, los ojos entornados y resoplando ruidosamente. La cuestión es que los expertos no acaban de explicarse el constante incremento de personas que participan en maratones y en otras carreras populares. Algunos sostienen que se está volviendo a poner de moda un ideal que predicaban los estoicos: conseguir la paz interior por encima de los acontecimientos externos. Murakami prefiere no ir tan lejos e insinúa que la clave del éxito del running radica en conectar con uno mismo y en sentir la satisfacción de entregarse a fondo.
De hecho, Murakami comenzó a correr cuando decidió dedicarse exclusivamente a escribir, por lo que sus novelas tienen mucho que agradecer a sus piernas. Con todo, el mensaje más importante para quienes no estén demasiado interesados en correr maratones y otras gestas parecidas es que el 90% de las habilidades que difunden los libros de autoayuda se puede aprender en pantalones cortos.
“Entrenarse para correr largas distancias o para cualquier otro deporte que exija mucha fortaleza mental proporciona una serie de valores que luego es posible aplicar en la vida cotidiana: disciplina, constancia, superación, crecimiento personal, saber establecer objetivos a corto, medio y largo plazo, aprender a trabajar bajo presión y a sobreponerse a las adversidades”, explica la psicóloga granadina Patricia Ramírez, que asesora a deportistas de élite.
De hecho, en los últimos años algunos psicólogos deportivos han descrito los beneficios específicos del running. Para Rodrigo Cauas, “los motivos que posee una persona para dedicarse a correr maratones, medias maratones o cualquier otra distancia no siempre se relacionan con sentirse saludable o bajar de peso”. En ocasiones, salir a correr tiene que ver con reducir los síntomas de la depresión o el estrés, aumentar la autoestima y meditar los problemas que plantea la vida diaria.
Así pues, tal vez de lo que habla Murakami cuando habla de correr es de que el running es una filosofía de vida cuyo principal mantra se encuentra en los versos de Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.
Siraj Bechich, director de la escuela de coaching CoachSi, propone aplicar cinco principios para extrapolar los valores del running a otras parcelas de la vida.
1.- Correr es la mejor escuela para fortalecer la voluntad.
2.- Una carrera de muchos kilómetros siempre comienza con un primer paso. Con independencia de que la meta sea encontrar pareja o buscar trabajo, lo básico es ponerse en movimiento.
3.- Cuando se ha recorrido parte del camino conviene volver la vista atrás para celebrar lo conseguido.
4.- En el transcurso de un maratón (deportivo o de la vida) siempre hay que salvar algún muro. Cuando se topa con él, hay que elegir entre aflojar el ritmo o reponer fuerzas para salvar ese obstáculo. Abandonar nunca es una opción.
5.- Al superar un desafío se abren las puertas del siguiente. La cuestión es seguir evolucionando y recordar que más importante que llegar a la meta es disfrutar del camino.
El caso es que Murakami se apuntó a una carrera de cinco kilómetros y quedó tan prendado del sonido de sus zapatillas sobre el asfalto como lo estaba de Red Hot Chili Peppers. Pero, incluso para él, que ha conseguido domar el lenguaje y escribir novelas tan brillantes y raras como El pájaro que da cuerda al mundo y Kafka en la orilla, sigue siendo un misterio desvelar qué lleva a una persona a sentir la necesidad imperiosa de salir a correr casi a diario. Y esto tanto puede aplicarse a los que corren vigorosamente golpeando con fuerza el suelo y cortando el viento al avanzar, como a los que lo hacen con los hombros caídos, los ojos entornados y resoplando ruidosamente. La cuestión es que los expertos no acaban de explicarse el constante incremento de personas que participan en maratones y en otras carreras populares. Algunos sostienen que se está volviendo a poner de moda un ideal que predicaban los estoicos: conseguir la paz interior por encima de los acontecimientos externos. Murakami prefiere no ir tan lejos e insinúa que la clave del éxito del running radica en conectar con uno mismo y en sentir la satisfacción de entregarse a fondo.
De hecho, Murakami comenzó a correr cuando decidió dedicarse exclusivamente a escribir, por lo que sus novelas tienen mucho que agradecer a sus piernas. Con todo, el mensaje más importante para quienes no estén demasiado interesados en correr maratones y otras gestas parecidas es que el 90% de las habilidades que difunden los libros de autoayuda se puede aprender en pantalones cortos.
“Entrenarse para correr largas distancias o para cualquier otro deporte que exija mucha fortaleza mental proporciona una serie de valores que luego es posible aplicar en la vida cotidiana: disciplina, constancia, superación, crecimiento personal, saber establecer objetivos a corto, medio y largo plazo, aprender a trabajar bajo presión y a sobreponerse a las adversidades”, explica la psicóloga granadina Patricia Ramírez, que asesora a deportistas de élite.
De hecho, en los últimos años algunos psicólogos deportivos han descrito los beneficios específicos del running. Para Rodrigo Cauas, “los motivos que posee una persona para dedicarse a correr maratones, medias maratones o cualquier otra distancia no siempre se relacionan con sentirse saludable o bajar de peso”. En ocasiones, salir a correr tiene que ver con reducir los síntomas de la depresión o el estrés, aumentar la autoestima y meditar los problemas que plantea la vida diaria.
Así pues, tal vez de lo que habla Murakami cuando habla de correr es de que el running es una filosofía de vida cuyo principal mantra se encuentra en los versos de Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.
Siraj Bechich, director de la escuela de coaching CoachSi, propone aplicar cinco principios para extrapolar los valores del running a otras parcelas de la vida.
1.- Correr es la mejor escuela para fortalecer la voluntad.
2.- Una carrera de muchos kilómetros siempre comienza con un primer paso. Con independencia de que la meta sea encontrar pareja o buscar trabajo, lo básico es ponerse en movimiento.
3.- Cuando se ha recorrido parte del camino conviene volver la vista atrás para celebrar lo conseguido.
4.- En el transcurso de un maratón (deportivo o de la vida) siempre hay que salvar algún muro. Cuando se topa con él, hay que elegir entre aflojar el ritmo o reponer fuerzas para salvar ese obstáculo. Abandonar nunca es una opción.
5.- Al superar un desafío se abren las puertas del siguiente. La cuestión es seguir evolucionando y recordar que más importante que llegar a la meta es disfrutar del camino.
miércoles, 6 de abril de 2011
Diógenes.
Hoy 6 de abril es San Diógenes, buen motivo para recordar a:
Diógenes de Sínope, también llamado Diógenes el Cínico, fue un filósofo griego perteneciente a la escuela cínica. Nació en Sinope, ca. 412 a. C. y murió en Corinto en 323 a. C.
Diógenes vivió como un vagabundo en las calles de Atenas, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud. Se dice que vivía en una tinaja, en lugar de una casa. Ocasionalmente estuvo en Corinto donde continuó con la idea cínica de autosuficiencia: una vida natural e independiente a los lujos de la sociedad. Según él, la virtud es el soberano bien. La ciencia, los honores y las riquezas son falsos bienes que hay que despreciar.
Las anécdotas que se cuentan sobre Diógenes ilustran la consistencia lógica de su carácter. Este “Sócrates delirante”, como le llamaba Platón, caminaba descalzo durante todas las estaciones del año, dormía en los pórticos de los templos envuelto únicamente en su capa y tenía por vivienda una tinaja. Un día vio como un niño bebía agua con las manos en una fuente: “Este muchacho, dijo, me ha enseñado que todavía tengo cosas superfluas”, y tiró su escudilla. Cierto día se estaba masturbando en el Ágora, quiénes le reprendieron por ello, obtuvieron por única respuesta del filósofo una queja tan amarga como escueta: "¡Ojalá, frotándome el vientre, el hambre se extinguiera de una manera tan dócil!" Profesaba un desprecio tan grande por la humanidad, que en una ocasión apareció en pleno día por las calles de Atenas, con una lámpara en la mano diciendo: “Busco un hombre”. Diógenes iba apartando a los hombres que se cruzaban en su camino diciendo que solo tropezaba con escombros, pretendía encontrar al menos un hombre honesto sobre la faz de la tierra.
Durante los Juegos Ístmicos, expuso su filosofía ante un público numeroso. Pudo haber sido allí donde conoció a Alejandro Magno. Se dice que una mañana, mientras Diógenes se hallaba absorto en sus pensamientos, Alejandro interesado en conocer al famoso filósofo, se le acercó y le preguntó si podía hacer algo por él. Diógenes le respondió: “Sí, tan solo que te apartes porque me tapas el sol”.
Sabemos menos de la doctrina de Diógenes que de su vida. Como otros de los cínicos, se preocupó menos de formar escuela que de llevar una vida recta, de acuerdo con los principios de autonomía y desprecio de los usos de la sociedad.
Podemos, sin embargo, distinguirlo de su maestro Antístenes en varios aspectos. De éste se dice que consideraba la propiedad como un impedimento para la vida; Diógenes, sin embargo, no le daba valor alguno; se dice que enseñaba que el robo era admisible, pues "todas las cosas son propiedad del sabio". Otras doctrinas son comunes a ambos: la idea de que la virtud consiste fundamentalmente en la supresión de las necesidades; la creencia de que la sociedad es el origen de muchas de éstas, que pueden evitarse mediante una vida natural y austera; el aprecio por las privaciones, al punto del dolor, como medio de rectificación moral; el desprecio de las convenciones de la vida social, y la desconfianza de las filosofías refinadas, afirmando que un rústico puede conocer todo lo cognoscible.
Se sabe también que sostenía que la muerte no era un mal, pues no tenemos conciencia de ella. Se le considera inventor de la idea del cosmopolitismo, porque afirmaba que era ciudadano del mundo y no de una ciudad en particular.
Diógenes de Sínope, también llamado Diógenes el Cínico, fue un filósofo griego perteneciente a la escuela cínica. Nació en Sinope, ca. 412 a. C. y murió en Corinto en 323 a. C.
Diógenes vivió como un vagabundo en las calles de Atenas, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud. Se dice que vivía en una tinaja, en lugar de una casa. Ocasionalmente estuvo en Corinto donde continuó con la idea cínica de autosuficiencia: una vida natural e independiente a los lujos de la sociedad. Según él, la virtud es el soberano bien. La ciencia, los honores y las riquezas son falsos bienes que hay que despreciar.
Las anécdotas que se cuentan sobre Diógenes ilustran la consistencia lógica de su carácter. Este “Sócrates delirante”, como le llamaba Platón, caminaba descalzo durante todas las estaciones del año, dormía en los pórticos de los templos envuelto únicamente en su capa y tenía por vivienda una tinaja. Un día vio como un niño bebía agua con las manos en una fuente: “Este muchacho, dijo, me ha enseñado que todavía tengo cosas superfluas”, y tiró su escudilla. Cierto día se estaba masturbando en el Ágora, quiénes le reprendieron por ello, obtuvieron por única respuesta del filósofo una queja tan amarga como escueta: "¡Ojalá, frotándome el vientre, el hambre se extinguiera de una manera tan dócil!" Profesaba un desprecio tan grande por la humanidad, que en una ocasión apareció en pleno día por las calles de Atenas, con una lámpara en la mano diciendo: “Busco un hombre”. Diógenes iba apartando a los hombres que se cruzaban en su camino diciendo que solo tropezaba con escombros, pretendía encontrar al menos un hombre honesto sobre la faz de la tierra.
Durante los Juegos Ístmicos, expuso su filosofía ante un público numeroso. Pudo haber sido allí donde conoció a Alejandro Magno. Se dice que una mañana, mientras Diógenes se hallaba absorto en sus pensamientos, Alejandro interesado en conocer al famoso filósofo, se le acercó y le preguntó si podía hacer algo por él. Diógenes le respondió: “Sí, tan solo que te apartes porque me tapas el sol”.
Sabemos menos de la doctrina de Diógenes que de su vida. Como otros de los cínicos, se preocupó menos de formar escuela que de llevar una vida recta, de acuerdo con los principios de autonomía y desprecio de los usos de la sociedad.
Podemos, sin embargo, distinguirlo de su maestro Antístenes en varios aspectos. De éste se dice que consideraba la propiedad como un impedimento para la vida; Diógenes, sin embargo, no le daba valor alguno; se dice que enseñaba que el robo era admisible, pues "todas las cosas son propiedad del sabio". Otras doctrinas son comunes a ambos: la idea de que la virtud consiste fundamentalmente en la supresión de las necesidades; la creencia de que la sociedad es el origen de muchas de éstas, que pueden evitarse mediante una vida natural y austera; el aprecio por las privaciones, al punto del dolor, como medio de rectificación moral; el desprecio de las convenciones de la vida social, y la desconfianza de las filosofías refinadas, afirmando que un rústico puede conocer todo lo cognoscible.
Se sabe también que sostenía que la muerte no era un mal, pues no tenemos conciencia de ella. Se le considera inventor de la idea del cosmopolitismo, porque afirmaba que era ciudadano del mundo y no de una ciudad en particular.
Etiquetas:
VIDAS EXTRAORDINARIAS
viernes, 1 de abril de 2011
miércoles, 16 de marzo de 2011
PASADO Y FUTURO
He encontrado por casualidad esta imagen en la red. Lo primero que me vino a la mente fue eso, pasado y futuro se cruzan.
viernes, 11 de febrero de 2011
REVOLUCION
La utopía de hoy es la realidad del mañana: "El pueblo unido jamás será vencido". Suena trasnochado pero en Egipto y Túnez es lo que ha sucedido.
Tenemos que sentirnos reflejados, aquí hace no mucho tiempo sucedió algo similar, con la diferencia de que aquí el tirano murió en la cama. La revolución fue anulada años antes.
Lo mas interesante de todo esto a mi modo de entender son los héroes anónimos. De ellos se nos olvidará quizás su nombre, pero no así sus acciones. No es despreciable que la mecha de esta revuelta pacífica la inició el suicidio quemándose a lo bonzo de un joven tunecino desesperado por no tener que dar de comer a los suyos por el acoso al que era sometido en su puesto de frutas. Siguieron su estela otros héroes auto inmolados o muertos por disparos.
Estos "Ernesto Guevara" sin nombre son los que deciden el futuro de la humanidad, no así los políticos que vendrán luego a calentar el asiento a débito de la democracia.
También es importante el acceso a la educación y a las nuevas tecnologías, Internet, y la acción de grupos organizados y libre pensadores como anonymous.
Democracia es una palabra muy bonita, no lo es tanto la interpretación que hacen los avispados políticos de ella.
Veremos qué depara el futuro a este nuevo estadio tunecino y egipcio. Igualdad, libertad y fraternidad? Esto no ha hecho mas que empezar.
jueves, 27 de enero de 2011
CITA 17
Supongo que tengo una floja interpretacion del trabajo, por que pienso
que el simple hecho de estar vivo es demasiado trabajo para alguien que
no siempre quiere estarlo. (Andy Warhol)
lunes, 24 de enero de 2011
DORANDO PIETRI
Se celebró en Londres en el verano de 1908 la cuarta Olimpiada de la era
moderna. La carrera de maratón estaba prevista para el día 24 de julio a
las dos y media de la tarde en medio de un día asfixiante de calor y
humedad. Durante esta competición se dieron varias circunstancias que la
hicieron una carrera épica. Para empezar, la distancia a disputar iba a
ser de 42km exactos e iba a discurrir entre el castillo de Windsor y el
estadio Shepperd´s Bush. Sin embargo, los príncipes de Gales quisieron
que la salida fuera exactamente debajo del balcón desde el que iban a
dar la salida por eso quedó para la historia la distancia de 42.195 m.
Hubo varias alternancias en la disputa de la prueba hasta que quedando pocos kilómetros y tras una carrera muy inteligente se colocó en cabeza el atleta italiano Dorando Pietri, pastelero de profesión. Nada mas entrar en el estadio, y con las gradas repletas con 80,000 espectadores, inesperadamente el italiano cayó al suelo exhausto. Ante los gritos de la muchedumbre, el atleta ya sin fuerzas se caía y levantaba al intentar incorporarse. Inconsciente y en el suelo continuaba moviendo las piernas como si corriera. Con la ayuda de los jueces y durante casi 10 minutos de angustia consiguió recorrer los 325 m. que le separaban de la meta. Una vez la traspasó fue trasladado al hospital.
A pesar de la agonía no fue el vencedor de la carrera, ya que al recibir ayuda externa fue descalificado. El ganador oficial fue el estadounidense John Hayes que llegó instantes después.
Durante la ceremonia religiosa ofrecida en honor de los atletas, el obispo de Pennsylvania impresionado con la carrera pronunció la frase que se hizo inmortal: "Lo importante de esta carrera no es la victoria si no el hecho de participar". Erróneamente fue atribuida al Barón de Coubertin.
Hubo varias alternancias en la disputa de la prueba hasta que quedando pocos kilómetros y tras una carrera muy inteligente se colocó en cabeza el atleta italiano Dorando Pietri, pastelero de profesión. Nada mas entrar en el estadio, y con las gradas repletas con 80,000 espectadores, inesperadamente el italiano cayó al suelo exhausto. Ante los gritos de la muchedumbre, el atleta ya sin fuerzas se caía y levantaba al intentar incorporarse. Inconsciente y en el suelo continuaba moviendo las piernas como si corriera. Con la ayuda de los jueces y durante casi 10 minutos de angustia consiguió recorrer los 325 m. que le separaban de la meta. Una vez la traspasó fue trasladado al hospital.
A pesar de la agonía no fue el vencedor de la carrera, ya que al recibir ayuda externa fue descalificado. El ganador oficial fue el estadounidense John Hayes que llegó instantes después.
Durante la ceremonia religiosa ofrecida en honor de los atletas, el obispo de Pennsylvania impresionado con la carrera pronunció la frase que se hizo inmortal: "Lo importante de esta carrera no es la victoria si no el hecho de participar". Erróneamente fue atribuida al Barón de Coubertin.
miércoles, 12 de enero de 2011
CITA 16
Si no eres guapo a los veinte años, ni fuerte a los treinta, ni rico a los cuarenta, ni sabio a los cincuenta, nunca serás ni guapo, ni fuerte, ni rico, ni sabio. (George Herbert).
Guantes blancos
La primera olimpiada de la era moderna se celebró en Atenas, en el año 1896. Durante la competición de atletismo, estaba a punto de darse la
salida a una serie eliminatoria de los 100 metros lisos. En ese instante, un atleta alemán observaba como un
contrincante francés se colocaba con mimo unos guantes escrupulosamente
blancos. Al preguntarle por qué hacía esto, el francés le respondió: "Es
que corro delante del Rey". El atleta alemán sorprendido por esta
respuesta le preguntó que otras pruebas iba a correr. Aquél le
respondió: "Los 100 metros lisos y la maratón". Ante la sorpresa del
alemán le explicó: "Mi preparación es fácil, un día corro una distancia
muy corta muy rápido y otro día corro una distancia muy larga a una velocidad muy
lenta".
El día de la maratón, cuando ya había oscurecido, el atleta francés hacía su entrada en el estadio con las gradas absolutamente vacías, ni siquiera el Rey estaba esperándolo a pesar de llevar cuidadosamente puestos los guantes blancos en su honor. Había corrido una gran distancia a un ritmo muy lento.
El día de la maratón, cuando ya había oscurecido, el atleta francés hacía su entrada en el estadio con las gradas absolutamente vacías, ni siquiera el Rey estaba esperándolo a pesar de llevar cuidadosamente puestos los guantes blancos en su honor. Había corrido una gran distancia a un ritmo muy lento.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)